EL RATÁN | HA VUELTO CON FUERZA

Vuelve a la primera línea decorativa esta fibra natural. No es de extrañar: perfecta para exterior por su resistencia, su ductilidad la transforma también en exitosos y muy actuales diseños indoor.

| ORIGEN
Ratán –del malayo rotan– es el apelativo para más de 600 palmeras trepadoras, las Calameae, que crecen a modo de enredadera en los bosques tropicales del sudeste asiático, principalmente de Indonesia.

| SUS RASGOS

Planta de desarrollo muy rápido, resulta, además, fácil de cosechar y transportar. Sus ramas pueden alcanzar cientos de metros de longitud, por lo que las piezas que se realizan con ellas no presentan apenas uniones, y se talan cuando tienen el grosor adecuado –entre 3 y 12 cm–, un factor que incide en su calidad.

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| USOS

Una vez quitadas las espinas –algunas variedades las desarrollan para apoyarse sobre los árboles vecinos–, y tras un tratamiento fungicida, se elimina la corteza exterior para extraer la médula, que se utiliza en la fabricación de diferentes objetos y mobiliario. Con estrechas tiras de ratán se elaboran, por ejemplo, los asientos de rejilla.

| PROPIEDADES
Muy resistente a la rotura, los golpes y la humedad, es también un material fácilmente moldeable, cuyo trenzado es tan atractivo como duradero. Además, puede pintarse y teñirse, por lo que sus posibilidades decorativas son excepcionales.

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| SIMILARES

El ratán se parece a otras especies vegetales como el bambú o el mimbre, pero sus diferencias son claras. El bambú tiene el tallo hueco y no sólido, lo que lo hace más frágil y, aunque el mimbre tiene mayor flexibilidad y ligereza, también aporta menos dureza. No obstante, este último material se suele combinar con el ratán en muchas ocasiones para aprovechar las ventajas de ambos.

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| INTERESANTE

Aunque ancestralmente se han utilizado fibras vegetales –hojas de palma, juncos de río, varas de sauce…– para fabricar muebles, el ratán es introducido en Europa en el siglo XVII por los portugueses, que lo importan de sus viajes a China.

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| LO ENCUENTRAS…

En firmas como la valenciana Expormim, toda una referencia en el sector, que cuenta con un amplio catálogo de piezas. Suyo es el sillón Tina –en la foto–, un diseño de la arquitecta Benedetta Tagliabue en tubo de acero y ratán tintado (desde 1.035 €) que aúna la cestería artesana y la precisión tecnológica.

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