La elección de los acabados es algo que marca la diferencia en el resultado final de una reforma, ya que contribuyen, junto a la distribución, a configurar el espacio y a lograr los objetivos que se buscaban con el proyecto.
A continuación, encontrarás unas pautas básicas para elegir acertadamente los tonos y texturas en una vivienda de reducidas dimensiones.

En primer lugar, es importante contar con una buena distribución de la luz natural y con un buen concepto de planta abierta, que permita partir de un ambiente diáfano.

Cuando hablamos de acabados, nos referimos a todo aquello que se aplica a la envolvente principal, es decir a paredes, techos y suelos, pero también a las carpinterías interiores y exteriores, ya que en ambientes reducidos una elección errónea de estos elementos puede alterar la continuidad de un revestimiento o crear contrastes muy marcados con las paredes, lo que afecta directamente a la percepción de unidad que un espacio necesita.

Es importante rebajar el peso visual de los elementos fijos, ¿cómo?. Un ejemplo cuyo resultado queda impecable, es integrar la puerta dentro de un revestimiento de madera, consiguiendo así, que ésta quede enrasada y casi “invisible”.

Otro truco que nunca falla, y que además aportará a tu hogar un carácter mucho mas personal e íntimo, es la iluminación sectorizada, pues hace que cada zona tenga su atmósfera “privada” y consigue que te evadas de lo que tienes alrededor.

De este modo crearemos un ambiente natural claro y monocromo.

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